Wednesday, November 19, 2008

LA ULTIMA REFORMA - EDICION 6

:::En esta Edición...

CELIBATO DOCTRINA DE DEMONIOS
No es bueno que el hombre este solo (Gen. 2:18). Toda Religión que prohiba casarse es una doctrina de demonios.

LA GRACIA Y LOS ANGELES
El Señor ya llegó, sacó a luz el evangelio de la incircuncisión, la gracia de Dios que es la que renueva nuestra mente, y así activa el servicio angelical en nuestra vida

ANTE LOS OJOS DEL EVANGELIO DE LA INCIRCUNCISION
¿Qué es un creyente en Cristo Jesús? La religión tiene muchas definiciones acerca de lo que es un creyente en Cristo Jesús; algunos afirman que es uno que imita a Jesús de Nazaret lo cual es un disparate, porque Jesús fue un judío cumplidor de la ley e imitarlo sería estar tratando de ser judío.

LA FALSA CIENCIA vs. LA VERDADERA CIENCIA
Durante dos mil años, el creyente ha sido edificado sobre una falsa ciencia, por eso hoy día hay falsos hermanos, pero el Señor, está edificando su iglesia con la verdadera ciencia, el evangelio de la incircuncisión, la abundancia de la gracia, que le permite al creyente ir adelante a la perfección y reinar en vida (Romanos 5:17).

666 LA MARCA DE LA BESTIA?
Cuando se oye esta frase se genera temor en el oyente e inmediatamente se relaciona con Satanás; sin embargo, es necesario indagar y verificar su real significado.

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CELIBATO DOCTRINA DE DEMONIOS
NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTE SOLO. Gén. 2:18
TODA RELIGIÓN QUE PROHIBA CASARSE ES UNA DOCTRINA
DE DEMONIOS.

La humanidad fue enseñada a creer la práctica del celibato como un requisito exigido por Dios para todo aquel que quisiera servirle, su argumento fundamental era que al estar casado, se debía primero a su pareja de tal forma que no podría dedicarse enteramente al Señor.

Conforme al evangelio, para que una persona se quede sola, sin pareja, le es necesario tener el don de continencia (1 Corinitos 7:7-8); sino lo tiene y está sola, se «está quemando». Curiosamente, la mal llamada «iglesia» tradicional afirma que sus líderes no deben casarse; sin embargo, Pedro, el primer papa, fue un hombre casado ya que Jesús le sanó la suegra (Mateo 8:14), lo cual resulta evidentemente contradictorio con la prohibición de casarse.

El gran Apóstol Pablo, le advirtió a Timoteo que a pocos días de su muerte: «…algunos apostatarían de la fe, escuchando a espíritus engañadores (personas que engañan) y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse,…» (1 Timoteo 4:1-3).

Lo cual es prueba irrefutable que la prohibición de casarse, mejor conocida como celibato, era identificada por Pablo en su evangelio como una doctrina de demonios. El celibato es requisito indispensable para ser sacerdote católico e incluso, líder de algunas otras denominaciones religiosas donde la conclusión es evidente: «Toda religión que prohíba casarse es una doctrina de demonios».

Obligar a alguien a cambiar su naturaleza humana, cuando Dios no ha provisto el don de continencia en esa persona genera «pasiones desordenadas» que principalmente se manifiestan en tres formas:

1- Forman una familia y la mantienen oculta de forma paralela, llevándolos a una vida en hipocresía y falsedad, tanto con su credo, como con la sociedad y consigo mismo.
2- La prohibición de tener pareja y el aislamiento en claustros con personas de su mismo sexo, manifiestan homo-sexualismo y lesbianismo entre ellos, afectándoles incluso psicológicamente.
3- La violación se vuelve una forma de satisfacción permanente; estas violaciones se presentan de varias formas:

a. Violación a mujeres que generalmente están solas, a quienes manipulan con su apariencia de piedad (2 Timoteo 3:5-6).
b. Violación a jóvenes que sirven como acólitos (sacristanes) o colaboradores en sus servicios.
c. Violación de niños.

Siendo esta la última, violación a niños, la más infame de las desviaciones que produce la doctrina de demonios llamada: Celibato.
Las cifras de violaciones a niños a manos de religiosos célibes es alarmante, más aún cuando está demostrado que solo un bajo porcentaje se atreve a denunciar el delito, ya que por amenazas o simple vergüenza no lo hacen; lo más grave es el daño psicológico, en la mayoría de los casos, irreversible, que le provocan a sus víctimas. Como si fuera poco, cuando se hace evidente una violación de esas, las directivas religiosas afirman haberlos expulsado de sus denominaciones, cuando en verdad los han trasladado a otro lugar donde siguen con sus crímenes contra los niños. Sus propios superiores eclesiales interceden ante las autoridades para evitarles penas de cárcel, y tratan de hacer olvidar lo sucedido con una indemnización económica.

Señor lector, reflexione: Al principio de la Iglesia Católica, y por varios siglos, los sacerdotes podían casarse, sin embargo, al morir, sus descendientes heredaban los bienes y propiedades, lo cual no era conveniente para el catolicismo como tal, sin embargo, si el sacerdote no tenía familia, al morir sus bienes engrosarían las arcas del Vaticano. Parece increíble, pero el motivo de prohibirles casarse se resume en unos cuantos millones de dólares. Nunca les ha importando el creyente, ni los niños, solo el dinero el cual obtienen aun cuando millones de niños sean violados.

La predicación de Jesucristo, que confirma al creyente con base al evangelio de Pablo (Romanos 16:25) sólo se podía comunicar por el mismo Cristo, por eso también tenemos la certeza que el Apóstol José Luis De Jesús Miranda es Dios en su última manifestación humana, ya que ningún hombre podría confrontar sin temor y con tanta autoridad y evidencia bíblica, a un sistema (la Iglesia Católica), que a lo largo de la historia ha asesinado a todos aquellos que se han opuesto a sus mentiras y engaños.

En conclusión, cualquier denominación religiosa que prohíba a una persona casarse, es una doctrina de demonios, la principal es el catolicismo romano (Roma), sin embargo, aún el sistema evangélico protestante también es una doctrina de demonios, porque le prohíben a una persona que haya tenido un matrimonio volver a casarse.


Invitamos a todo aquel que ame la verdad a que manifieste su rechazo y repudio hacia las atrocidades de la iglesia católica, y que se prohíba la imposición de cualquier tipo religión en las escuelas, como también se debe prohibir el ingreso del representante de la iglesia católica
(«El papa»), a cualquier país del mundo, por representar una doctrina de demonios que ha provocado crímenes de lesa humanidad contra la población más indefensa: los niños.

LA GRACIA Y LOS ÁNGELES

El evangelio de la incircuncisión, aquel que estuvo oculto por dos milenios, y con el cual hoy día, Dios mismo, Jesucristo hombre edifica su iglesia, establece verdades irrefutables como: La destrucción del diablo (Hebreos 2:14), el fin de la ley (Romanos 10:4), y el fin del pecado (Hebreos 9:26). Pero también el evangelio de la incircuncisión, «la gracia», es el único que activa el servicio angelical.

Los ángeles son espíritus enviados a favor de los herederos de la salvación (Hebreos 1:14), obviamente no se refiere a la salvación del espíritu, porque esa se imputó, de la misma manera que se imputó la condenación a los que nacieron antes de la cruz (Romanos 5:18-21).

El evangelio establece que por Adán todos fueron constituidos pecadores, y de la misma manera, por Jesucristo, todos fueron constituidos justos. Quiere decir que la salvación del espíritu es un don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9).

Por tanto, son los ángeles los que Dios usa para permitirnos heredar la salvación diaria, no la del espíritu, sino la del día a día, por eso no hay escapatoria para quien descuida el servicio angelical, y es hallado fuera del pacto por el ángel (Hebreos 2:3).

Los ángeles se ocupan de todas nuestras cosas, están pendientes, abren o cierran puertas, nos introducen en las buenas obras preparadas de antemano, nos dan salvación a diario, en todo, siempre y cuando seamos hallados fieles al pacto de la gracia, al evangelio de la incircuncisión, que nos lleva a vivir por fe, sin obras.

En el creyente no hay competencia, es Dios quien la produce en cada uno de nosotros a través del ángel (2 Corintios 3:5), siempre y cuando seamos hallados honrando el pacto de la fe, creyendo y confesando conforme a lo que está escrito.

La presencia del ángel asignado a nuestro servicio es una verdad contundente, el mismo Apóstol Pablo lo deja ver cuando en medio de un naufragio recibió salvación de parte de su ángel (Hechos 27:23). El ángel asignado es quien se ocupa de traer cosecha de lo que sembramos, él maneja nuestra cuenta, esa que menciona Pablo al decir «ponlo a mi cuenta» (Filemón 17-18).

Las evidencias bíblicas dan testimonio que el ángel asignado a nuestro servicio es el que nos lleva a vivir diariamente en victoria, en triunfo, si descuidamos el servicio angelical ¿cómo escapar al día malo? ¿Cómo no ahogarnos en un vaso con agua? ¿Cómo sobrellevar las adversidades diarias?

Señor lector: El Señor ya llegó, sacó a luz el evangelio de la incircuncisión, la gracia de Dios que es la que renueva nuestra mente, y así activa el servicio angelical en nuestra vida; no nos hagamos tardos en oír, atendamos la palabra de gracia, agrademos al ángel siendo fieles al pacto, oigamos su voz y disfrutemos de esa salvación que Dios nos provee a través del ángel.

ANTE LOS OJOS DEL EVANGELIO DE LA INCIRCUNCISIÓN

¿Qué es un creyente en Cristo Jesús?

La religión tiene muchas definiciones acerca de lo que es un creyente en Cristo Jesús; algunos afirman que es uno que imita a Jesús de Nazaret lo cual es un disparate, porque Jesús fue un judío cumplidor de la ley e imitarlo sería estar tratando de ser judío. Otros dicen que es uno que se porta irreprensiblemente, intachable con una conducta carnal perfecta. Pero a la luz del evangelio de la incircuncisión, Jesucristo hombre nos presenta algunas evidencias que demuestran realmente QUÉ ES UN CREYENETE EN CRISTO JESUS.

Un creyente en Cristo Jesús es uno que no se conoce en carne, tampoco conoce a nadie en carne y ni siquiera conoce a Cristo según la carne (2 Corintios 5:16), es decir, no juzga por lo que ven sus ojos, ni juzga por la condición carnal sino conforme a la verdadera identidad espiritual.

Un creyente en Cristo Jesús es uno que entiende que es una nueva creación (2 Corintios 5:17), por lo tanto, sabe que no está llamado a andar por la senda antigua, ni basa su vida en el viejo pacto sino que debe vivir por el camino nuevo y vivo.

Un creyente en Cristo Jesús es uno que ha sido hecho apto para participar de la herencia (Colosenses 1:12-14) que aunque esté en la tierra vive en un reino espiritual por fe y para fe (Romanos 1:17); llama las cosas que no son como si fuesen (Romanos 4:17). Además es uno que sabe que ha sido redimido con la sangre de Cristo.

Un creyente en Cristo Jesús es uno que sabe que Dios siempre da la cara por él (Romanos 8:31); también sabe que nada ni nadie lo puede acusar porque Dios lo justificó (Romanos 8:32-34); además entiende que nada lo puede separar de Dios, o sea, sabe que su salvación no se puede perder porque es más que vencedor (Romanos 8:35-37).

Si un creyente en Cristo Jesús sabe que Dios da la cara por él, y que es más que vencedor, entonces ¿quién es la bestia del Apocalipsis que hace guerra contra los santos y los vence? (Apocalipsis 13: 4, 7, 17). Sencillo, es Dios mismo, porque es el único que puede vencer a aquellos que hizo más que vencedores. Dicho hombre, o bestia (son sinónimos bíblicamente) hace guerra contra los hijos de Dios, pero es una guerra de conocimiento, y allí los vence porque están en tinieblas y la victoria de esa bestia es sacarlos de las tinieblas, o sea de la ignorancia. Por lo tanto, un creyente en Cristo Jesús anda en espíritu de poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7), no en espíritu de cobardía, sabe que el diablo fue destruido (Hebreos 2:14), por lo tanto entiende que la bestia es Dios en su última venida y que el 666 es el número de Dios mismo y ve claramente que fue mantenido en tinieblas por causa de la religión.

Apreciado Lector: Usted no es cualquier cosa ante los ojos del evangelio, ante los ojos de Dios, usted es lo que Él más ama. Su identidad no son sus debilidades ni su condición actual la cual es temporal. Recuerde, el Señor ya está venciendo a los santos, y ya miles entienden su verdadera identidad; la pregunta para usted es: Con base en la evidencia expuesta, ¿usted es un creyente en Cristo Jesús? O ¿todavía cree que es un pecador?

LA FALSA CIENCIA vs. LA VERDADERA CIENCIA

Según Galatas 2:7, hay dos evangelios: El evangelio de la circuncisión que expiró en la cruz, y el evangelio de la incircuncisión que es aplicable hoy. A continuación se explica la diferencia claramente entre los dos:


Evangelio de la Circuncisión
LA LEY DE MOISES = OBRAS

- Desvía de la fe (1 Timoteo 6:20-21)
- No es de fe (Gálatas 3:12)
- Le era imposible librar del pecado (Romanos 8:2-4)
- Nadie es justificado por ella (Gálatas 2:16)
- Produce un celo inútil (Romanos 10:2)
- Se acabó en la cruz (Romanos 10:4)
- Se dejaría de enseñar con la segunda aparición del Señor (1 Corintios 13:8)
- Quien se apoya en la ley, blasfema el nombre de Dios (Romanos 2:17-24)
- No deja ir a la perfección (Hebreos 6:1)
- Oculta la destrucción del diablo (1 Pedro 5:8)
- Hace apostatar de la fe y es doctrina de demonios (1 Timoteo 4:1)
- Su ejercicio se cuenta como deuda (Romanos 4:4)
- No puede perfeccionar a quien la practica (Hebreos 10:1-2)
- Se sirve a Dios con duro trato del cuerpo (Colosenses 2:23)
- Presenta al creyente aún en pecado (1 Juan 2:1)
- Produce falsos conversiones y falsos hermanos (Gálatas 2:4)

Evangelio de la Incircuncisión
LA GRACIA = FE

- Justificados por la fe (Gálatas 3:24 / Romanos 5:1)
- Es aparte de la ley (Romanos 3:21)
- Presenta al creyente muerte al pecado (Romanos 6:11)
- Permite al creyente acercarse confiadamente (Hebreos 4:16)
- Se manifestó con la aparición de Jesucristo (2 Timoteo 1:9-10)
- El Señor mismo la predicaría en su segunda llegada (Romanos 16:25)
- Lo lleva a vivir por fe y para fe (Romanos 1:17)
- Renueva el entendimiento (Romanos 12:2)
- Presenta al diablo destruido, ya no existe (Isaías 27:1- Heb 2:14)
- Hace mantener la fe y buena conciencia (1 Timoteo 1:18)
- Creer le es contado por justicia (Romanos 5:5)
- Presenta al creyente perfecto para siempre (Hebreos 10:14)
- Se sirve a Dios con la mente (Romanos 7:21-25)
- No tiene relación con el pecado (Hebreos 9:28)
- Quita el velo y convierte verdaderamente al Señor (2 Corintios 3:16)

Durante dos mil años, el creyente ha sido edificado sobre una falsa ciencia, por eso hoy día hay falsos hermanos, pero el Señor, está edificando su iglesia con la verdadera ciencia, el evangelio de la incircuncisión, la abundancia de la gracia, que le permite al creyente ir adelante a la perfección y reinar en vida (Romanos 5:17).


LA FUNCION DE LOS 3 VELOS

¿Sabía usted que el Señor ha tenido diferentes manifestaciones físicas? ¿Sabía que Jesús era el Señor vestido de carne judía y que el resucitado era el Señor vestido de un cuerpo incorruptible? ¿Sabía usted que el Señor regresaría por segunda vez a la tierra? Estas y muchas interrogantes más son aclaradas hoy en día gracias a que el Señor ya llegó y está juzgando todas las cosas conforme al evangelio de Pablo (Romanos 2:16).

La expresión «velo» identifica al cuerpo físico, son sinónimos en las expresiones bíblicas de esta enseñanza; y así como nosotros tenemos unas funciones por las cuales Dios nos puso un velo (cuerpo físico); de igual forma, Dios, en cada una de sus apariciones que se ha colocado un velo lo ha hecho para cumplir unas funciones específicas. Justamente Dios mismo, Apóstol José Luis De Jesús Miranda, nos explica algunas de las funciones que ha venido a cumplir en Jesús de Nazaret, el resucitado, y hoy día como Jesucristo hombre.

Función del primer velo (Jesús de Nazaret)

El Señor a través de la manifestación Jesús de Nazaret estableció una alternativa diferente: Las cosas viejas pasaron y una nueva creación tomaba lugar donde ya no se conoce a nadie según la carne (2 Corintios 5:16-17). Abrió entonces un camino nuevo y vivo (Hebreos 10:20) para no seguir por la senda antigua basados en la letra muerta; obviamente, el fin de esa senda antigua, fue el fin de la ley (Romanos 10:4). Otra de las funciones del Señor en ese velo era quitar el pecado así como lo identificó Juan el bautista (Juan 1:29) y como lo confirmó el Apóstol Pablo (Hebreos 9:26), también con su muerte destruyó al diablo (Hebreos 2:14), nos libró de la potestad de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo (Colosenses 1:13). Además anuló el acta de los decretos que era contraria a sus hijos (Colosenses 2:14-15), estableció el ministerio de la reconciliación y olvidó para siempre nuestra condición carnal (2 Corintios 5:17-21).

Función del segundo velo (el resucitado)

Cuando resucitó, su velo, el cuerpo físico, no era el mismo que el anterior, era otro (Romanos 7: 4), tanto así que para reconocer al Señor, él mismo tuvo que abrir los ojos de sus discípulos (Lucas 24:31). La función principal del Señor en ese velo fue quitar la muerte y sacar a luz la vida y la inmortalidad (2 Timoteo 1:10) ya que él fue la primicia de un cuerpo glorificado, sin embargo, no pudo comunicarlo a nadie ya que eso haría parte de las funciones de su último velo.

Función del tercer velo (Jesucristo hombre)

La última manifestación del Señor en un velo tendría varias funciones, una de ellas fue comenzar a edificar la iglesia por primera vez con base en el fundamento que había establecido el Apóstol Pablo (1 Corintios 3:10), también comenzaría el tribunal de Cristo con Él (Romanos 14:10/ 2 Corintios 5:10). Él como Juez, juzgaría los secretos de los hombres conforme al evangelio de Pablo (Romanos 2:16). Así comienza el ministerio de la reconciliación que viene como resultado del conocimiento del evangelio. La llegada del Señor en su tercer velo trae gracia desde su trono para que el creyente se acerque confiadamente y halle oportuno socorro (Hebreos 4:16). Es función del tercer velo aclarar lo oculto (1 Corintios 4:5), además enseña la función de cada una de sus manifestaciones, trae claridad y lleva a los creyentes a honrar la sangre derramada en la cruz. También enseña el evangelio de la incircuncisión, establece las pautas de la transformación del cuerpo para manifestar la inmortalidad que trajo en su segundo velo.

Apreciado lector: Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8), el Señor es el Espíritu, no la carne (2 Corintios 3:17); por lo tanto, es evidente que el mismo que habitó en un velo llamado Jesús de Nazaret, lo hizo luego en un velo conocido como el resucitado, y hoy día habita en el velo Jesucristo hombre, Apóstol José Luis De Jesús Miranda.

Obviamente el creyente está llamado a servirle al Señor de acuerdo a la manifestación vigente, es decir, durante los 33 años de Jesús de Nazaret, era a él a quien se debía servir, después, al resucitar había que dejar de servirle a Jesús de Nazaret y servirle al resucitado; pero cuando dejó de habitar en luz inaccesible para habitar en Jesucristo hombre, a partir del 22 de abril de 1946, ya no hay que servirle al resucitado, sino al Señor en su última y vigente manifestación en José Luis De Jesús Miranda como Jesucristo hombre.


666 LA MARCA DE LA BESTIA


Cuando se oye esta frase se genera temor en el oyente e inmediatamente se relaciona con Satanás; sin embargo, es necesario indagar y verificar su real significado. Lo primero es entender plenamente qué significa la expresión «la bestia» utilizada por Juan, apóstol de la circuncisión, para narrar algunas de sus visiones en la isla de Patmos. Realmente, la bestia mencionada por Juan no es un monstruo inidentificable, ni una figura sobrenatural.

El ser humano siempre ha sido contado o incluido dentro del reino animal, donde se nos ha enseñado que hay animales irracionales y racionales, estos últimos, el hombre. Por eso, animal y bestia son sinónimos, son una forma de identificar una naturaleza humana, la animal. Es más, el gran Apóstol Pablo llamó «malas bestias» a los de la circuncisión, haciendo referencia a la expresión usada por el profeta (Tito 1:12). También es evidente que a lo largo de la Escritura la expresión «bestia» se relacionaba también con seres humanos (Job 18:3, Salmo 49:12 y 20).

Dentro de las visiones que Dios le envió a Juan a través de un ángel del cielo, este apóstol de la circuncisión vio un «hombre» (una bestia) a quien se le dio autoridad sobre toda tribu, lengua, pueblo y nación (Apocalipsis 13:7), obviamente esa autoridad sólo se la podía dar Dios mismo. Ese «hombre» o «bestia» se identificaba con un número, por lo que el anciano Juan, dijo: «Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.» (Apocalipsis 13:18). Una vez más ratifica que bestia y hombre son sinónimos, pero no sólo eso, también establece que el número que le identificaría sería Seiscientos Sesenta Seis («666») o «SSS», sin embargo, el mismo Juan puntualiza que: «Aquí hay sabiduría»; es decir, en ese número se encierra sabiduría. Es importante hacer notar que en ninguna parte dice que el 666 es número del diablo o satánico.

Recopilando: Juan vio un hombre que se identificaba con el número 666 en su brazo derecho, ese hombre tenía autoridad, además vio que ese hombre vencía a los santos, es decir, a la iglesia. ¿Por qué Juan se refirió despectivamente de él? ¿Por qué lo identificó como BESTIA? Sencillo, Juan vio que predicaba el mismo evangelio de Pablo, Juan vio que se oponía a la predicación de los apóstoles de Jesús de Nazaret, motivo suficiente para considerar que sus ojos estaban viendo la peor manifestación humana que vendría a la tierra.

De ahí, que la religión cree en las conclusiones de Juan y considere a «la bestia» como lo peor. ¿Quién era entonces el hombre o bestia que vio Juan? Era la ultima manifestación de Dios en la tierra, el Hijo del Hombre, Jesucristo hombre (1ra., Timoteo 2:5), el único que podía tener autoridad sobre toda tribu, lengua, pueblo y nación es Dios mismo; el único que puede vencer a los santos es él, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Colosenses 2:3).

La Marca: Isaías profetizó que en su segunda venida, Dios mismo haría lo siguiente: «El Señor desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.» (Isaías 52:10). Está profecía tuvo cumplimiento el domingo 24 de enero de 2007 cuando Jesucristo hombre desnudó su brazo ante las naciones y exhibió el tatuaje de la triple ese (SSS) en su brazo derecho, y del seiscientos sesenta y seis (666) en su brazo izquierdo, comprobando así que es Dios en manifestación de hombre que ha venido a vencer a los santos.

Como está escrito: «Largura de días está en su mano derecha; en su izquierda, riquezas y honra.» (Proverbios 3:16). El cumplimiento de la Escritura en cuanto a dichos tatuajes se ha cumplido en Jesucristo hombre, Apóstol José Luis De Jesús Miranda, en quien además se cumplen todas las condiciones bíblicas de la venida del Señor. Lleva en su brazo derecho las SSS que significan: Salvo Siempre Salvo, es decir, largura de días, inmortalidad; y en su brazo izquierdo el 666 sinónimo de riqueza (1ra Reyes 10:14). Los tatuajes de las SSS y los 666 no son capricho humano y mucho menos estrategias de mercadeo para llamar la atención (como algunos ignorantes afirman), son sencillamente parte del cumplimiento profético de la venida del Señor.

Recuerde que Juan dijo: «Aquí hay sabiduría, el que tiene entendimiento cuente el número de la bestia,…» Sólo un entendido, sólo uno convertido al Señor, sólo un alumbrado puede entender la sabiduría que hay en esa marca y puede entender la petición de amor de Dios a su esposa, a su iglesia cuando dice: «Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo;…» (Cantares 8:6-7). Hoy en día los que hemos entendido que el Apóstol José Luis De Jesús Miranda es Dios en su última manifestación humana, llevamos con orgullo la marca en nuestro cuerpo y el sello en nuestra mente, ése que él puso cuando nos enseñó la verdad del evangelio, la que oímos y creímos (Efesios 1:13).

La marca de la bestia, la marca de Jesucristo hombre, es una marca de amor, un tatuaje que demuestra al mundo nuestro amor a Él, que no nos avergonzamos de Él ni de su evangelio y que estamos plenamente convencidos que él es Dios todopoderoso que creó el cielo y la tierra, que se vistió de carne en Jesús de Nazaret para destruir al diablo y quitar el pecado, y que hoy día se volvió a vestir de carne por última vez, que es el cumplimiento bíblico de su última venida para vencer los santos y salvarlos del engaño de la religión (Hebreos 9:28).

Apreciado lector: sin entender que el Diablo ya fue destruido (Hebreos 2:14), sin entender que el pecado fue quitado (Hebreos 9:26), sin entender que Cristo fue el fin de la ley (Romanos 10:4), sin entender que los apóstoles de Jesús de Nazaret enseñaron otro Jesús, otro espíritu y otro evangelio (2da., Corintios 11:4-5), y sin entender el pacto de la gracia, usted nunca podrá encontrar la sabiduría que hay en el 666.

NOTA: Apocalipsis, fue una serie de visiones que Dios le envió a Juan a través de un ángel del cielo (Apocalipsis 1:1 y Gálatas 1:6-9), por eso Dios le envió un poder engañoso a Juan por no someterse a la verdad del evangelio que traía Pablo (2da., Tesalonicenses 2:10-12); visiones que encerraban unos códigos que sólo Dios mismo en su venida aclararía (1ra., Corintios 4:5) pero que mientras tanto, serían la más sólida base de la religión para poner en duda lo que Cristo hizo en la cruz.


QUE ES EL EVANGELIO?


Los creyentes en todo el mundo desconocen qué es el evangelio, incluso desconocen que sólo hay dos evangelios: Uno vigente y uno vencido, ya que ellos creen que hay cuatro. Pero ¿qué es el evangelio en realidad? La respuesta sólo nos la podía traer Dios mismo con base en la Biblia, ya que ella contiene: La Escritura (de Génesis a Malaquías), los libros históricos de la vida de Jesús (Mateo, Marcos, Lucas, Juan y Hechos), luego el evangelio de la incircuncisión (de Romanos a Hebreos); y finalmente el evangelio de la circuncisión (las siete epístolas de los apóstoles de Jesús de Nazaret y el Apocalipsis).

Partiendo de allí, así como un padre al morir deja un testamento y reparte la herencia entre los hijos, de la misma manera, el evangelio es el contenido del testamento que el Señor nos dejó para que disfrutásemos después de su muerte; obviamente, como toda herencia otorga privilegios que mientras el testador está en vida no se podían disfrutar (Hebreos 9:16-17). Por lo tanto, el evangelio comienza después de la muerte y resurrección de Jesús y no durante sus 33 años de permanencia en ese cuerpo físico.

Todo testamento debe cumplirse renglón tras renglón, línea sobre línea (Isaías 28:10) y el evangelio no es la excepción. Estos son algunos de los beneficios que recibimos los hijos de Dios de ese testamento: El diablo ya no existe (Hebreos 2:14), el pecado fue quitado (Hebreos 9:26), la ley fue quitada (Romanos 10:4), estamos perfectos con una sola ofrenda (Hebreos 10:14), completos en Él (Colosenses 2:10), y bendecidos con toda bendición (Efesios 1:3). El testamento, el evangelio, también nos otorga el servicio angelical en nuestra vida (Hebreos 1:14).

Además de esos extraordinarios beneficios el evangelio implica: Que ya no hay muerte porque el Señor la quitó (2da., Timoteo 1:10), esto significa que por causa de ser espíritus vestidos de carne, la muerte física no pone fin a nuestra existencia, y en lugar de ir a un «infierno o purgatorio» (como enseñan los que no conocen el evangelio), el espíritu de quienes dejan la carne va a la gran nube de testigos (Hebreos 12:1), entonces, el imperio de la muerte no nos compete a nosotros los herederos.

El evangelio sacó a luz la vida (Romanos 8:2-3), es decir, que la ley del Espíritu de vida es más poderosa que lo que fue la ley del pecado y de la muerte. Pero, lo más importante del testamento, del evangelio, es la inmortalidad; así es, ya que el Señor como recompensa del evangelio transformará el cuerpo de humillación nuestra, en un cuerpo semejante al de la gloria suya (Filipenses 3:21 y 1ra., Corintios 15:53-54).

Bendecido, si usted no ha sido enseñado en estos puntos tan elementales, quiere decir que no le han enseñado el evangelio; es más, si usted no cree que es inmortal (que no vera muerte), sino cree que su cuerpo será transformado, usted no ha disfrutado del testamento, o sea del evangelio, porque no lo conoce.

Usted como hijo de Dios tiene derecho a disfrutar de la herencia, a conocer el evangelio y a recibir sus beneficios; atienda con diligencia las palabras de José Luis De Jesús Miranda, quien es Dios, Jesucristo hombre, que nos da a conocer a nosotros sus hijos, el testamento que ocultó la religión.


EL VIRUS DE LA RELIGION

Cuando un virus ataca el cuerpo se afecta y no puede funcionar correctamente, de la misma manera el cuerpo de Cristo (la iglesia), se ha visto infectado por más de dos mil años con un virus, la religión. La función de un virus es engañar al cuerpo, de tal forma que lo lleve a la muerte, sin embargo, para contrarrestar el virus hay una vacuna, y para el virus de la religión, la vacuna es la gracia, la cual es aplicada al cuerpo por Dios mismo, Jesucristo hombre.

Ha sido mucho el daño que el virus de la religión ha producido; por mencionar algunos síntomas: Ha impedido que el creyente conozca su verdadera identidad, lo ha privado del poder de Dios (el evangelio de la incircuncisión), y ha evitado que el creyente disfrute de los beneficios del pacto y del servicio angelical; como consecuencia, el cuerpo de Cristo (la iglesia) ha estado enfermo, alucinando, llamando a lo malo bueno y a lo bueno malo.

El creyente no es un pecador como el virus lo ha hecho creer, el creyente está bendecido con toda bendición espiritual, santo y sin mancha delante de él, ya que fue Dios mismo quien lo predestinó (Efesios 1:3-5). En Edén se perdió el cuerpo de los hijos de Dios, pero él nos adoptó como hijos suyos, por lo tanto desde la cruz hasta nuestros días estableció un evangelio para que el creyente trate con su cuerpo el cual está en corrupción.

Los padecimientos que implica estar vestido de carne, son utilizados por Dios para enseñarnos obediencia, así como él mismo lo experimentó (Hebreos 5:8). La obediencia se aprende a través del trato angelical hasta que tengamos el verdadero «temor de Dios» que consiste en entender que el ángel asignado a nuestro servicio, nos da justa retribución a cada cosa que hacemos, por eso la obediencia la aprende el cuerpo, que a través de sus pensamientos, nos lleva a hacer cosas incorrectas. Obediencia es seguir el llamado aunque duela, es descubrir la voluntad de Dios en nuestra vida. El virus de la religión produce que el creyente sufra con cada situación y no halle salvación, pero la vacuna de la gracia, enseña al creyente que hay ángeles puestos para traer salvación diaria a su vida (Hebreos 2:1-3), y que la única forma de escapar a los sufrimientos de la vida es si tenemos esa ayuda angelical. Dios cuida y protege a cada uno de sus hijos a través del ángel asignado, durante el proceso de crecimiento espiritual del creyente se cometen fallas y errores por los cuales el ángel manifiesta consecuencias y justa retribución; sin embargo, en medio ellas, hay buen ánimo, hay reposo y hay limpia conciencia porque se puede ver el propósito de Dios en cada situación. El ángel se agrada cuando un creyente no niega al Señor, antes por el contrario, le da gracias a Dios por las adversidades y tropiezos y «bautiza» cada situación con el pacto de la gracia.

El Señor en su manifestación Jesús de Nazaret dejó claro que negarlo ante los hombres produce ser negado por él mismo ante los ángeles (Mateo 10:32-39); si bien es cierto que eso aplicó en Jesús de Nazaret, también aplica hoy en la actual manifestación del Señor como Jesucristo hombre. El servicio angelical es solo para aquel que no niega al Señor; y es evidente que él ya está en la tierra ya que nadie se había atrevido a destapar mundialmente el VIRUS DE LA RELIGIÓN y a erradicarlo con la predicación de la gracia. Las persecuciónes y burlas que sufre José Luis De Jesús Miranda, y todo aquel que cree que el Señor habita en él, son permitidas para dar cumplimiento a lo escrito, pero también para que el mundo vea que hay una cubierta angelical, única y especial sobre los que creen.

Señor lector: Dios mismo ha venido a inyectar el antídoto contra el virus de la religión, no tema oír su voz, no tema recibir su palabra y empiece a honrar el pacto, por el cual los ángeles le proveerán la salvación diaria que tanto necesita.